"𝗟𝗮 𝗙𝘂𝗲𝗿𝘇𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗣𝗿𝗶𝗻𝗰𝗶𝗽𝗶𝗼𝘀 𝗖𝗼𝗺𝗽𝗮𝗿𝘁𝗶𝗱𝗼𝘀"

En una empresa de soluciones tecnológicas, Juan asumió recientemente la dirección de un equipo de servicio al cliente. Aunque cada integrante contaba con excelentes habilidades técnicas, había discrepancias en la forma de atender a los clientes. Algunos eran muy formales, otros demasiado flexibles; lo que un día se ofrecía sin costo, al día siguiente ya no se respetaba. Esta inconsistencia provocó confusión y quejas, tanto de clientes internos como externos.

Al analizar la situación, Juan se dio cuenta de que la empresa tenía valores y principios escritos en su página oficial, pero estos no se vivían realmente en las operaciones diarias. Decidió, entonces, reunir al equipo para definir—𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲 𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗶𝗽𝗶𝗼𝘀 𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮𝘁𝗲́𝗴𝗶𝗰𝗼𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗴𝘂𝗶𝗮𝗿í𝗮𝗻 𝘀𝘂 𝗰𝗼𝗻𝗱𝘂𝗰𝘁𝗮 𝘆 𝗱𝗲𝗰𝗶𝘀𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀.—Simplificaron los valores en tres pilares: 𝗰𝗮𝗹𝗶𝗱𝗲𝘇, 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗼𝗻𝘀𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝘆 𝗲𝗳𝗶𝗰𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮. Cada colaborador aportó ideas de cómo llevarlos a la práctica en las distintas interacciones con clientes, proveedores e incluso entre compañeros.

Los resultados no tardaron en llegar. Al contar con un marco claro, el servicio al cliente se volvió coherente. Un día, un cliente llamó con una queja urgente, y la respuesta combinó la calidez en el trato, la responsabilidad de asumir el error y la eficiencia de resolverlo rápidamente. El cliente terminó recomendando la empresa a otros, impresionado por la uniformidad y la sinceridad con la que fue atendido.

🤔 𝗥𝗲𝗳𝗹𝗲𝘅𝗶𝗼́𝗻:
La experiencia de Juan muestra que cuando un equipo comparte principios claros y coherentes, se genera una cultura sólida que guía cada acción.
“𝗗𝗲𝗳𝗶𝗻𝗶𝗿 𝘆 𝘃𝗶𝘃𝗶𝗿 𝗹𝗼𝘀 𝘃𝗮𝗹𝗼𝗿𝗲𝘀 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗱í𝗮 𝗮 𝗱í𝗮 𝗻𝗼 𝘀𝗼𝗹𝗼 𝗳𝗼𝗿𝘁𝗮𝗹𝗲𝗰𝗲 𝗹𝗮 𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲𝗹 𝗴𝗿𝘂𝗽𝗼, 𝘀𝗶𝗻𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲́𝗻 𝗶𝗺𝗽𝗮𝗰𝘁𝗮 𝗽𝗼𝘀𝗶𝘁𝗶𝘃𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗹𝗮 𝘀𝗮𝘁𝗶𝘀𝗳𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗰𝗹𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼𝘀 𝘆 𝗲𝘅𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼𝘀.”
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